Europa francesa.

Sigo pensando lo mismo desde hace mucho tiempo, y aunque me equivoque, seguiré erre que erre: queramos o no, dependemos absolutamente para salir de esta crisis integral de Europa. Y dentro de la crisis integral española (institucional y política también, véase la situación de la Corona y la valoración social de los políticos, entre los que me incluyo) la que más nos angustia es la económica, la falta de perspectivas para ver una luz que de un poco calor a tantas familias heladas por la faltas de empleo y dinero para salir hacia delante.

Dentro del pesimismo, o realismo, de la situación actual, que se prolongará durante toda la década, sigo insistiendo en la solución europea. Y para verla, hay que saber de la situación europea, distinta a la que los medios de comunicación tradicionales, controlados por los grandes poderes financieros y multinacionales, nos quieren dar. Situación y solución europea que espero se produzca.

Por tanto, también es un deseo de impulso político europeo, que creo tardará poco tiempo en producirse. ¿Y de dónde saldrá? De Francia. Como casi siempre. De Francia han salido las mejores ideas proeuropeas, lideradas por franceses: Schuman, Monnet, Delors.... y espero que también Hollande sea un digno sustituto del ínclito Sarkozy dentro de unas semanas.

Aparte de buscar alguna luz, alguna esperanza en el negro horizonte actual, parece que algo está cambiando en relación principalmente al dogma de la austeridad, que está ahogando a Europa a corto y medio plazo en su conjunto, Alemania incluida. Esta austeridad llevará a un control común de los presupuestos nacionales, que tiene también sus cosas buenas. Pero además de esta visión netamente neoliberal, y no precisamente por la “visión” o el “peso político” de nuestro Presidente Rajoy, creo que vamos a tener para finales de este año o para 2013, bajo el impulso francés, un proyecto concreto, que mezclará la idea de los eurobonos –hoy asumida pero impensable hace 3 años- y sobre todo de un gran préstamo público europeo. Sí, al estilo del Plan Marshall, con el nombre posiblemente de Carlomagno, de un importe mínimo de 500 mil millones.

Préstamo público, sin el corsé de la banca privada, o muy poco beneficiaria del mismo, que tendrá dos grandes objetivos:

- Rebajar la dependencia de los países del Euro respecto de “los mercados”, no más allá del 25-30% del total de su deuda pública, con el fin de poner un poco a caldo la influencia de estas plazas financieras, especialmente Wall Street y la City londinense. Porque es un escándalo que, para cada subasta de deuda de España, se “caliente” la prima de riesgo para gozo de inversores especuladores.

- Y estimular el crecimiento, con inversiones estructurales en energía, transportes europeos – tren del Corredor Mediterráneo-, apoyo a la innovación en las Pymes y en servicios públicos como educación y salud.

Si algún país necesita de esta política como nadie es España. Pero será gracias a Francia, porque también la necesitará. Y con un presidente socialista. No será fácil, ataques de los mercados a la deuda francesa, y reataques a la italiana, portuguesa o la nuestra serán constantes desde la City y Wall Street principalmente.

¿ Y por qué esos ataques al Euro? Porque los necesitan, para que el resto de inversores internacionales compren dólares o libras, y baratas, muy baratas. Y lo necesitan porque sus economías tan financieras y cuentas públicas están mal, muy mal. Es cierto que esta medida beneficia también a los alemanes por su valor refugio, pero esta visión "merkeliana" es cortoplacista. Las medidas y formas actuales de inundar de dinero por los bancos centrales (todos, el BCE, el británico, el japonés y sobre todo el norteamericano), que pasan por el filtro de los bancos privados, simplemente están retrasando lo inevitable: quiebras bancarias, caídas importantes de los mercados bursátiles y recesión económica global.

Todo ello ayudará a muchos a pensar, a dudar, de lo privado, de la “eficiencia” única del mercado, y volverá la cabeza de nuevo a lo público, a la banca pública, y los europeos (que tienen muchos ahorros) invertirán en ese Carlomagno, en ese macropréstamo público europeo que lleve a Europa a tener su propia hoja de ruta, a mantener algunas de las cosas que nos hacen referencia mundial.

Francia tiene problemas, Europa tiene problemas, España tiene varios problemones. España, hoy, no tiene hoja de ruta con Rajoy. Europa con sólo austeridad tampoco tiene la mejor. Francia, también por interés y necesidades propias, puede y debe empujar hacia una Europa a buscar en su seno los problemas que tenemos los europeos y nosotros los primeros de entre los europeos. Espero no equivocarme.