Receta: RTP (Radical Transparencia Política).



Estamos inmersos en una tremenda crisis económica. Cierto, y desgraciadamente nos quedan por ver los peores episodios. Pero no se llega a esta situación solamente por la típica situación de crisis económica y financiera encadenadas que, cada vez mayores,  a lo largo de su historia nos ha mostrado el capitalismo. A este punto se llega también por una decadencia y crisis social y política, alimentada, eso sí, por los propios valores ultraliberales. 

La social está ahí, unos dicen que es una crisis de valores, y otros que no se ven parte del problema, ni de la solución, le echan la culpa directamente al resto: al maestro o profesor, al policía, a su compañero de trabajo o al jefe, a la mujer o al marido, al bancario o por supuesto y como figura favorita al concejal, Alcalde o diputado de turno. Pues bueno. 
 
Y luego está la crisis política. Que está aquí, que es tan gorda como las otras dos, y de la que es tan juez como parte. Si tenemos crisis económica y social, la tenemos también política. Y si no se arregla ésta, difícilmente habrá luz para una salida justa económica y social. Si echamos un vistazo atrás a la historia, el pesimismo es lógico que nos arrastre. Los precedentes históricos dan miedo: la crisis más parecida a ésta duró muchos años, terminó tras 5 años de guerra mundial precedida por un nacionalismo fascista como respuesta política, y si tuvo una zona de pruebas esa fue España, donde cualquier esperanza de progreso político y  de justicia económica  y social se enterró durante 40 años.  

Soy militante del PSOE, tengo un cargo orgánico en el mismo (Secretario General de la Agrupación Local de Alhama de Murcia) y otro institucional (concejal en la oposición del Ayuntamiento de Alhama). Por tanto, soy parte del problema político. Pero también me considero parte de la solución. Y es más, considero que no hay otra salida, o no la hay mejor, que con más política. 

Por tanto, si la situación política es crítica, y no queremos repetir la historia, se requieren de cambios, de cambios en la forma de actuar, y de cambios en las reglas, en las formas, en los procedimientos. Y lo normal es que si la situación es sistémica, los cambios se produzcan desde el corazón del sistema: en la propia Constitución española. Y más arriba y más importante: en las reglas democráticas europeas. Pero como me pilla un poco lejos, al menos pido esos cambios en el entorno donde trabajo, en el local e incluso en el regional. 

Así, peor valoración no podemos tener la clase política. Y sobre todo peor valoración no pueden tener los partidos políticos, especialmente los que han asumido tareas de gobierno: PP y PSOE. Pero claro, el PP juega descaradamente al mensaje “todos los políticos son iguales” que le tapa un poco las vergüenzas que antes aplicaba en exclusiva a Zapatero. Este malvadísimo mensaje antipolítico le gusta al PP, porque sabe que los suyos van a votar aunque los revienten.  Por tanto, quien más esfuerzos ha de hacer, si quiere sobrevivir a tsunamis “antipolíticos”, es el PSOE.  Primero pidiendo perdón por los fallos cometidos, la mayoría por haber sido demasiado condescendiente con los poderes económico y financiero,  y segundo siendo valiente en las propuestas de cambio. Demostrando con hechos y acciones que con menos política hay menos democracia, menos igualdad de oportunidades y menos justicia

Ahora, un poco más dentro del meollo político, la verdad es que tengo otra visión de los diputados, sean regionales o nacionales. La gran mayoría es gente comprometidísima social y políticamente, rectos en su actuar y proceder, pero que son golpeados en valoración social e incluso rodeados por una sociedad cansada e indignada de tanta mentira y promesas políticas incumplidas. Por eso mismo, como creo que no son parte del problema, sino de la solución. Y la solución pasa por más democracia y también por más transparencia política. Quizás los diputados sean los miembros más transparentes hoy día. Pero hay que ir a más: En todas las instituciones políticas, especialmente en los partidos, para después exigirlo firmemente al sector económico y financiero. Especialmente a algunas que controlan los medios, a esos medios de comunicación que no cumplen su función social, a esos medios que tienen dueños e intereses propios, alejados en muchas ocasiones de los fines e intereses de una mayor y mejor democracia. ¿O realmente funcionan y hay transparencia en las retribuciones de las empresas del IBEX, de empresas que no hace mucho eran estatales, y por tanto un poco de todos?.  

Creo que se es injusto cuando se critica lo que cobran los diputados o lo que cuesta mantener un Congreso o una Asamblea. Y sobre todo por quienes las hacen y cómo las hacen. Por eso mismo, hay que ser radicales, decirlo todo, con paredes de cristal, para después decirles a esos mismos: “ahora te toca a ti, a que digas quién está detrás de ti y qué impuestos pagas”. Porque si no es cierto que tenemos más políticos y su coste es superior que Francia, hay que dar los datos y decirlo claramente, sin esperar a que lo hagan medios que solo buscan hundir más la valoración de la política. Y si otro problema está en los partidos, en su financiación, en su excesiva dependencia de los bancos que nos han llevado a todos al huerto, pues habrá que decir de qué se financian, en qué lo gastan, y el esfuerzo que han de hacer los afiliados, los simpatizantes y el Estado. Porque tener un Estado, una organización, tiene un coste. Y hay que asumirlo. Otra cosa es que haya que pedirle cuentas, pedirle radical transparencia. 

A mí que me critiquen por ser político y responsable de una agrupación local, pero cuando haga falta saco el enlace de la página web y que lo vean todo. ¿Ocurre lo mismo con las retribuciones de ACS, o con las cuentas del Real Madrid? No lo sé. Pero para exigir y trasladar la gestión transparente a toda la sociedad, hemos de ser radicales en este aspecto en los partidos políticos. Espero que al menos el PSRM y PSOE lo hagan. En Alhama lo haremos al céntimo. 

O somos valientes, o hacemos un cambio radical para intentar recuperar desde la política la motivación colectiva, o tendremos demagogia y autoritarismo en vez de democracia. Y la mejor herramienta es la transparencia, las paredes de cristal, y que la gente sepa lo que cuesta su seguridad, el mantenimiento de sus jardines, de sus calles, la educación de sus hijos y también la estructura que hace que todo esto se gestione: la política, los partidos y las Instituciones del Estado.

Solo con esa transparencia radical, solo con esa gestión transparente de lo que cuesta nuestra democracia, será posible tener argumentos y defenderlos quienes consideramos que sólo con más democracia y con más política podremos salir mejor de esta tremenda crisis social, económica y financiera. Quien algo quiere, algo le cuesta. En nuestras manos está. Receta: RTP (Radical Transparencia Política para intentar salir  fuertes como sociedad democrática.

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