No hay mal que por bien no venga.

Está el patio político regional, y de la comarca aún más, bastante removido. Ya no bastaría decir el político, sino mejor el político-judicial-inmobiliariopelotazístico (perdonen por mi propensión a términos tan vulgares). Me causa tristeza, al igual que comentaba en la anterior entrada, de todo lo que ahora está sucediendo en la vecina Totana. La Operación Tótem, llevada a cabo por una fuerza especializada en delitos urbanísticos de la Guardia Civil recientemente creada, está trabajando e investigando en sede judicial sobre una serie de indicios delictivos de una serie de personas que, presuntamente, y vulgarmente hablando, “han puesto el cazo”.

Y así, Totana, un pueblo querido y respetado por la bondad y espíritu alegre y musical de sus gentes, un pueblo que hace unos años era portada del Wall Street Journal por manifestarse a favor de las primeras remesas de inmigrantes ecuatorianos que llegaron a la población, aparece en las portadas de diarios digitales, de papel y de cadenas de televisión, con las informaciones que ya todos conocemos y hemos visto y leído. Informaciones que, posiblemente y casi seguro, en algunos casos, estén desvirtuadas, sacadas de contexto, adjetivando situaciones jurídicas de personas de forma improcedente, pero al fin y al cabo saliendo en portada por noticias muy desagradables, totalmente incompatibles con la imagen de sus gentes. Esto no es nuevo, ni desgraciadamente será la última vez que ocurra. En este caso, políticos, funcionarios, trabajadores de la banca, ex mujeres y queridas, abogados laboralistas en otros tiempos y empresarios de la plaza. Todos, y siempre señalo presuntamente, llevados al abismo por la avaricia del dinero rápido, del pelotazo, del querer llegar adonde no se sabe llegar de otra forma, distinta a la siempre más digna y normalmente mucho más lenta que la normal de esfuerzo, sacrificio, innovación, y una buena pizca de suerte que tienen algunos de los más acaudalados. No aprendemos la lección. Ya nos pasó a finales de los 80 y principios de los 90, con los socialistas en el poder, bajo el paradigma de aquella lamentable frase de Carlos Solchaga de que “España es el país donde más rápido y más cantidad de dinero se puede ganar en menos tiempo”. Y pasó lo que pasó: años durísimos los 93, 94, 95… Y ahora con el PP en el poder. El querernos llevar a un suicidio para futuras generaciones de murcianos, con un modelo único de crecimiento basado en la construcción en prácticamente cualquier lugar, y empujando prácticamente al hara-kiri a sectores económicos centenarios de nuestra Región. Aun teniendo muy definido mi ideario político, los últimos dos párrafos no hacen sino incidir en una de las máximas que intento aplicar a cualquiera de los comentarios que hago: memoria histórica y reflexión autocrítica para no caer en la vanidad y autocomplacencia. Y cuando titulo este comentario con un “no hay mal que por bien no venga” me refiero a esto mismo, al tema de la memoria histórica. Y así, me pregunto: - ¿por qué no podemos hacer de esta nuestra Región un espacio de progreso y calidad de vida sin tener que recurrir a valores como el de “listo quien pegue el pelotazo antes”?

- ¿por qué no puedo aspirar a vivir bien en mi tierra, sobre la semilla de la formación que no han tenido anteriores generaciones, y sobre la cultura del esfuerzo, el sacrificio convertido en satisfacción a largo plazo, y otros como lo han hecho nuestros padres y abuelos, que sí que lo pasaron putas y que todos los días, en su vejez, nos dan lecciones de saber estar y vivir con mucho menos?, - ¿por qué no primar socialmente al emprendedor, al pequeño comerciante, al pequeño empresario o profesional que intenta mejorar día a día su vida y la de lo que les rodean, y despreciar desde un inicio actitudes y comportamientos de “nuevos ricos” que arrasan y pudren de mala hierba todo aquello que riegan con los euros, muchos de ellos de dudosa procedencia?. Volvamos a premiar y reconocer el esfuerzo y sacrificio de aquellas generaciones pretéritas que no pudieron aspirar a lo que nosotros disfrutamos, a sembrar el progreso con los valores de esfuerzo, sacrificio con visión de recompensa a largo plazo, al progreso innovador germen de la semilla que proporciona la formación a la que todos podemos acceder. Aprendamos la lección, y volvamos a la senda del progreso de la mejor forma que sabemos hacer los murcianos, con palicos y cañicas.

No hay mal que por bien no venga. Si tras la escandalera se remueven conciencias y valores, algo bueno dejará lo que tanto malo estamos viendo.

Espero vuestras siempre interesantes sugerencias, y también educadas y constructivas críticas.