EL NECESARIO COMPROMISO SOCIAL DE LAS EMPRESAS Y DE LOS EMPRESARIOS.

Uno se pone a leer cualquier artículo de economistas de renombre, blogueros, incluso a algunos como yo, y se nos llena la boca de "sociedad del conocimiento", "nuevas tecnologías de la información", "productividad", "competitividad", "empleo de calidad".....

Todo muy bonito, pero creo sinceramente que para poder beber de todo lo bueno de estos términos, hay un punto de partida inexcusable y requisito sine qua non: una Educación y Formación potente y de calidad.

La principal tarea intelectual para sentar estas bases corresponde a la clase política (visto lo visto en las últimas 2 leyes Educativas, considero que han sido ambos bandos algo cicateros para con las ideas contrarias, y muy cortoplacistas, manteniendo la principal incertidumbre que puede existir: que cada 4 años se cambien las leyes educativas); también apelo al compromiso firme y decidido, sin desánimo, al personal docente, y por supuesto a una tarea y compromiso mucho mayor de todos los padres para con la educación de sus hijos. Pero también creo que las empresas, grandes pero también pequeñas, como entes receptores en la mayoría de casos de esa formación, deben "mojarse" en esta materia.

Con el espíritu crítico y constructivo que espero tener hasta que pose en el paraíso de los cipreses, me planteo: ¿y qué puedo hacer yo, aparte de seguir la incipiente formación de mis dos peques?, ¿qué puede hacer un simple gerente de una pequeña empresa que, eso sí, requiere de personal cualificado, o al menos con capacidad de adquirir formación continua, para que su empresa crezca?. Y así, llego a la conclusión de que las Empresas tienen que aportar también su granito de arena en esta ingente tarea, una de las más importantes para llevar una guía corecta, ajena a las corrientes de moda y opinión interesadas, en este siglo XXI. Y así, desde hace un tiempo, nos hemos puesto manos a la obra.

Una de las cosas que más me duele oir o escuchar de amigos, especialmente de aquellos con los que tengo afinidad ideológica, es su aversión generalizada a la figura del Empresario, viniendo enseguida a la mente la del nuevo rico-promotor -amigo del Alcalde, Mercedes en brazo por fuera de la ventana y puro en la boca; o ese despacho de abogados/asesores que sirven de mesa de operaciones con ánimo de lucro escandalosamente rápido.

Pero, como casi siempre pasa, este 5% de "empresarios" afea la conducta abnegada y laboriosa de tantos que intentan ganarse la vida por cuenta propia. Y me fastidia, y como me jode porque en parte tienen razón, quiero, junto al Equipo Humano de Tribulex, que nuestra empresa se aleje de ese rol, porque nunca hemos aspirado a jugarlo, y lo estamos haciendo mediante la ejecución de acciones concretas y objetivas.

Somos una pequeña empresa, con una facturación también pequeña, pero con unos principios y filosofía claros. Aspiramos a ser un modelo en nuestro entorno, con palicos y cañicas, y con más ingenio que presupuesto, en aspectos como pueda ser el de la Responsabilidad Social Corportativa, que parece queda reservado para las Multinacionales con facturaciones billonarias y que con un 0,00001 % de la misma pueden tapar muchas bocas y conciencias.

Creo que deberían tenerla muchos Empresarios y Empresas, -especialmente las pymes-, con su entorno más cercano. Ayudaría tanto a los propios empresarios, como a sus seres más cercanos y conciudadanos. Pongo un ejemplo gráfico y un poco rudo que me hace pensar en esto, y que lo veo casi a diario: ¿de qué me vale el aspirar a comprar un coche de 60.000 €, priorizar esta misión sobre otras, y con ello no disponer, por ejemplo, de tiempo para ver el entorno de mi hijo en su entorno escolar? ¿Cómo solucionar esto anterior, comprándole un regalo cada vez que salga con él el Domingo?. No, creo que con esta dinámica no vamos encaminados.

En mi caso, partiendo de que no dispongo de demasiadas virtudes, tiempo, capacidad de influencia ni económica, desde mi modesta posición como gerente de una pequeña empresa, y con palicos y cañicas, ayudar a mejorar ese entorno escolar, el de mis hijos y el de mi ámbito de actuación, a fomentar y estimular los casos de personas desfavorecidas que se agarran al palo del esfuerzo y sacrificio por formarse.

Creo que la Educación y la Formación, y sus valores inherentes, son la única esperanza para aquellos que quieran progresar en todos los ámbitos: el de clase social desfavorecida, el que quiere escapar de mileurista, el que quiere ascener con criterio y valores en su empresa. La Educación y la Formación desprenden valores por los cuatro costados, y la sociedad lo que necesita urgentemente es el rescate de valores.