EL FUTURO DEL PSOE.

EL FUTURO DEL PSOE.

Malos tiempos para mi partido. Malos tiempos para la socialdemocracia. Pero si el presente no es halagüeño, ¿qué nos puede deparar el futuro, el más inmediato pero sobre todo el de medio y largo plazo?.

Me acuerdo en campaña electoral, grabando un spot, me sugirieron cambiar una frase : “la última crisis como ésta duró 11 años, y terminó cuando comenzó la II Guerra Mundial”. Supongo que era lo mejor, evitar dar mensajes sobre análisis históricos particulares e intentar infundir mensajes de esperanza. Pero es que la que está cayendo es muy gorda, y el poder financiero y su brazo mediático, que es el poder real, es demasiado fuerte, demasiado.

Tras el batacazo electoral general en las municipales y autonómicas, tenemos el 20N las generales. Un gran y didáctico político, Rubalcaba, luchará contra muchas cosas, pero sobre todo luchará contra la desorientación general de la mayoría de españoles que tienden a la izquierda ideológica de siempre, o de los últimos lustros.

España, Murcia, Alhama han progresado mucho en los 30 últimos años. Entonces éramos como Brasil ahora: pobre, joven, con ganas de aspirar a mejorar y objetivos específicos como ser más Europa…. Ahora ya hemos progresado, no somos tan jóvenes y los objetivos europeos ya no son tan claros, o desde mi punto de vista son demasiado nítidos: cerrojo conservador.

El PSOE, también entonces joven, entraba por todos los poros de la sociedad. Lástima que el 82 español no hubiera sido 15 años antes, previo al 69 y con los efectos del Concilio Vaticano II. Sin Reagan, sin Thatcher, sin Milton Friedman. Aquí hay un elemento para mí trascendente, que ha marcado el importante desencanto social actual de la inmensa mayoría progresista española, muy comprometida, de entonces, y que hoy ellos y sus hijos no lo son en su gran mayoría.

El futuro del PSOE es complicado, pero parte de base muy rocosa y difícil de erosionar: sus valores. Estoy de acuerdo en el mensaje de Rubalcaba: Escuchar, hacer, explicar.

Hay que escuchar a la gente, a toda la gente que quiera, acercarse a ella, y no al revés.

Hay que hacer y proponer cosas, con criterio y razonadamente, y sobre todo con mucho más compromiso que interés, pecuniario incluido.

Y después de escuchar, razonar lo que se va a hacer o se hace, explicarlo, con el mismo interés y pasión que se ha de tener en la escucha.

La sociedad alhameña, la murciana, la española en general, está acomodada. Posiblemente tú, y seguro que yo, estamos acomodados. ¿El típico proceso de declive natural de cualquier pueblo o civilización? Puede ser, pero me resigno a que así sea.

Por eso, espero y deseo participar en un largo y tortuoso camino que nos espera,

- Para escuchar a la gente. El socialismo de salón está bien, pero de nada sirve si no se nutre de lo que hay en la calle, en las casas y pisos, cuando no se palpa realmente las inquietudes, necesidades y sobre todo carencias –de todo tipo, pero también las muy importantes de cultura política- que solo pueden combatirse casa a casa, ya que la potencia del televisor lo tiene acaparado el dinero más que nunca. Hay que gastar suelas, hay que tocar timbres, hay que sentarse en sofás, muchos de ellos manidos, y escuchar.

- Con toda esa escucha, y con el armazón intelectual que podamos tener, desde una visión global general y europea en particular, entonces se han de plantear propuestas razonadas, soluciones sensatas a los problemas reales, bajo nuestro prisma social, intentando casar lo posible con lo deseable.

- Y entonces, de nuevo suelas, a tocar timbres, sentarse en sofás manidos y explicar qué vamos a intentar hacer, en la medida de lo posible, intentando llegar a lo deseable pero nunca caer en la demagogia cortoplacista. Para eso ya hay otros maestros que siempre nos ganarán.

Todo esto, más de una vez en 4 años, hasta que nos esperen y abran la puerta antes de tocar el timbre, hasta que nos escuchen activamente y tomen en cuenta los razonamientos y explicaciones sobre lo que pasa en el mundo en general, en Europa, en España, en la Región y en Alhama en particular. Y que puedan comprobar la importancia de la política.

Objetivo final: una vez recuperada la confianza de la mayoría social en nuestras ideas, tras todo ese esfuerzo y tenacidad de escucha y labor pedagógica, esperar a que esos vecinos que hoy tienen una idea o concepto parcial del valor de la política y las diferencias de valores, nos den la confianza con su voto, por convicción más que por descarte o resignación.

Ahora, por el momento, creo que nos toca gastar suela, tocas timbres, probar sofás y sobre todo escuchar a unos vecinos que necesitan ser escuchados, igual que los que nos dedicamos de una forma u otra a la política necesitamos ser oídos. Este es el futuro que espero para el PSOE. Otros planteamientos más de salón, desgraciadamente y desde mi humilde punto de vista, nos llevarán a la marginalidad, que es lo que quieren muchos, unos con razones por nuestros errores, y otros muchos por otras muchas razones, inconfesables algunas de ellas.