Pedro de Inocé.

Hace poco más de año y medio, a través de este personal espacio público, dediqué unas palabras a mi primo Joaquín, tan justas como necesarias, habida cuenta de su categoría moral y humana.

En la última entrada, comenzaba dedicando unas palabras a una persona que estaba comenzando su última lucha contra ese enfisema pulmonar de compañero durante 30 años. Al final se le acabaron las fuerzas, y en silencio, como siempre que se trataba de su enfermedad, nos ha dejado. Treinta años de enfermedad llevados con una dignidad y coraje extraordinarios, y con una capacidad de superación dignos de recuerdo, análisis y aplicación a otros enfermos con la misma y puñetera enfermedad.

El es el padre de mi mujer, el hombre que más ha influido en mí tras mi padre.

La primera vez que lo vi fue una noche de abril de 1993, un sábado noche mientras ponía cubatas en una barra de la terraza del Excalibur de Alhama. Me pidió un “ron con limón, corto”. Y me echó su primera sonrisa. Era para mí una inesperada prueba de fuego, ya que las vibraciones que pudiera ofrecerle serían fundamentales para poder conquistar a su hija. Esa sonrisa cómplice que ha lucido hasta el último día, hasta la última despedida que 5 horas antes de decir adiós definitivamente, con una palmada en su cuerpo débil y un “hasta mañana”, ya que no imaginaba en ese momento que podía ser la última.

Inteligente, hábil, comunicador, irónico, chistoso y con gracia, desprendido, pasional, humano, alegre, músico, vigoroso defensor de los suyos….. Éstos son algunos de los calificativos que personas que lo querían, y mucho, aún sin tener roce desde hace tiempo, y en ocasiones años, he podido escuchar este pasado miércoles y jueves, en su despedida terrenal. Yo simplemente los corroboro, tras convivir con él muchas horas en los últimos 16 años, casi la mitad de mi vida.

En lo que a mí respecta y me atañe, he de añadir a todas las comentadas el adjetivo de emprendedor. Espíritu que me transmitió, y que pulió el que pudiera tener de mis tiempos de tendero o barman. Con él hice los primeros pinitos en mi actual trabajo, en una humildísima oficina en Barqueros, allá por octubre de 1995. De aquella Lafis suya surgió la semilla de la actual Tribulex, un humilde proyecto en el que "Sólo es posible avanzar cuando se mira lejos. Solo cabe progresar cuando se piensa en grande" (Ortega y Gasset), pero “con palicos y cañicas” (Frutos Baeza).

El “palicos y cañicas” me gustó mucho cuando comencé a escucharlo de él con asiduidad, entre sus frases sobre sus inquietudes emprendedoras, las que llevaba a cabo, y las que había tenido en su vida, con mayor o menor fortuna.

Como siempre pasa en las relaciones intensas, teníamos nuestras diferencias y choques, unos mejor llevados que otros, pero siempre desde el respeto y admiración personal y afectivo que le tenía, y que creo era correspondido por su parte, cosa que me enorgullece si así ha sido.

Siempre queriendo agradar a los cercanos, quizás en demasía, y sin ánimo de reconocimiento alguno, éste lo ha tenido parcialmente en los últimos meses, como se merecía. El último, hace muy poquito, en el último concierto público de su Coro Rociero, por el que tanta pasión y trabajo le ha echado.

Unos meses antes, en diciembre de 2007, en las I Jornadas del Autónomo y de la Empresa Tribulex tuvimos un detalle en reconocimiento a ese espíritu emprendedor y de superación. Su vena multiartística (compositor, maquetador, belenista, creador de barcos con chatarra...) espero sea reconocida en breve, y seguro que habrá colaboradores para ello.

Con esas dos imágenes, entre miles, me quedo y muestro a todos, además de su última sonrisa de despedida.

Hasta siempre, Pedro de Inocé.

Comentarios

Sebastián Moreno Martínez ha dicho que…
Al leer tu entrada de reconocimiento a tu suegro,no he podido contener alguna lágrima pues la verdad es que has sabido describir tan bien los valores de Pedro de Inocé que su recuerdo me emociona profundamente.
He tenido la suerte de compartir algunos momentos de mi vida con esta persona y la verdad es que su forma de ser me infundía confianza, hasta tal punto de contarle cosas que no he contado ni a mi propia familia. Siempre encontré en él algo más que un buen amigo. Sabía animarte y darte consejos como nadie.
El mejor recuerdo es imaginarlo con esa sonrisa tan peculiar que hacía sentirse bien al que la contemplaba.
Una gran persona de las que dejan huella.
Unknown ha dicho que…
Estimado Diego:
Siento muchísimo la pérdida de un ser tan querido para tí, la vida tiene a veces estás amarguras, pero a través de un recuerdo tan entrañable como el que expresas en tu magnifica carta de despedida, con ello demuestras que tu suegro siempre vivirá en tu corazón y en de aquellas personas con la que ha vivido tantas alegrias y tantos buenos momentos, que son los que nos dejan una huella en el alma.

Un fuerte abrazo,
Antonio Amaliach.
Anónimo ha dicho que…
Estimado Diego:

Expresarte mis más sentidas condolencias por la perdida de Pedro.

El homenaje partícular a su figura que realizas en este bloq nos permite compartir toda la esencia de tu sentimiento.

Un abrazo

Fran Gómez
Pedro J. Leandro ha dicho que…
Amigo Diego, mis condolencias para ti y para tu familia.

Yo no conocí a Pedro pero, tal y como hablas de él, estoy seguro de que era una gran persona.

Y parece que el hombre sabía que tenía un yerno a su altura.

Saludos.
Diego Sánchez ha dicho que…
Hacía bastante tiempo que no visitaba tu blog, y me he quedado sorprendido al saber lo de tu suegro, pues nada había oido.
Yo también se lo que es perder un padre por ese tipo de enfermedad, por lo que desde aqui te remito mi mas sentido pesame.
Solo una cosa, poco tiempo despues de la perdida de mi padre, ocurrio lo mismo con mi tio Santos, y a pesar de la tristeza que en esos momentos tenía, me quedaba el consuelo que en las puertas del cielo se enconraría con su cuñado que le estaba esperando por lo que no se sentiría solo, seguro que a tu suegro tambíen habría alguien esperandolo.
Salu2. y animo.
Anónimo ha dicho que…
Conocí a este "hombre", que tan merecida descripción has realizado, en la Notaría de Alhama de Murcia; siempre sonrisa y amabilidad, sin profundizar en lo que entenderíamos como una relación personal. Fue sin embargo de la mano de su nieto Diego, tu hijo de la misma edad que mi hija Clara, cuando primero conectamos con los padres y luego con los tíos y abuelos; cuando profundizamos en la relación con una particular familia. Familia que ... desde fuera se ve, y ... desde dentro se vive, unida; como he visto muy pocas, familia que Pedro y su mujer Catalina, han sabido como pocos aglutinar en torno a aficiones comunes, como la música. Familia que con Pedro a la cabeza ha abierto a nuestro afecto... la puerta de sus casas, ... la puerta de sus corazones, ... la puerta de sus aficiones "CORO ROCIERO DE ALHAMA DE MURCIA". Por todo ello sólo cabe decir !gracias!. Coincido, comparto y corroboro, los comentarios que tan entrañable persona han desatado en este "palicos y cañicas". Yo, sólo añadiría que Pedro se ha ido con la satisfacción de ver que la semilla que el ha cosechado con tanto cariño, queda madura y es esta el mejor tesoro que ha podido legar, la unidad y el cariño de su familia. Descansa en paz amigo.

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