Ya no depende. Ahora depende de Rajoy.

Sr. Rajoy, desde esta noche es usted mi Presidente, pendiente del proceso de investidura, pero al fin y al cabo va a ser mi Presidente, como español, en principio para los cuatro próximos años. Le felicito y espero que lo haga bien, porque eso será bueno para los españoles en general, de los que yo soy uno más.

No le voy a exigir que, en media hora, arregle los problemas del país. Eso es mentira, antes cuando daba a entender que sí era posible, y ahora que ya va a ser usted Presidente. No me voy a ensañar con usted cuando tengamos algunas decenas o centenas de miles de desempleados más en los próximos meses. No me voy a ensañar con usted cuando tenga que salir corriendo con alguna medida medio improvisada cuando los mercados arrecien con la prima de riesgo. Esa prima de riesgo que le va a ser mucho más familiar que su "niña" aquella de la campaña del 2008.

Aunque me quedo con ganas, como político afilado al PSOE, concejal en la oposición y también como ciudadano de echarle en cara algunas cosas. Me quedo con las ganas de decirle que su actitud me hacía pensar que sólo veía votos y más votos con cada noticia económica negativa o de mayor número de parados estos trimestres atrás. Me quedo con las ganas cuando le escucho pedir un esfuerzo a todos y que va a contar con todos, y en ese momento me acuerdo en lo poco que ha apoyado y esforzado usted en todo este tiempo. A su falta de apoyo de medidas en momentos críticos.

Me quedo con las ganas cuando le escucho esta noche con tono de Estadista, lo que no fue en ningún momento estos años y pudo serlo: bien ofreciendo un Gobierno de Concentración, o al menos una moción de censura, donde exponer esas medidas que nunca nos dijo a los españoles que debía tomar España y su Gobierno para pasar este momento histórico.

No, no le voy a pedir que arregle los problemas en media hora, porque no se pueden arreglar. Pero lo que no le voy a aceptar es que, las decisiones que tenga que tomar, las escude en un mensaje tan nocivo como falso al estilo de “no nos ha quedado otro remedio, porque estos socialistas nos han dejado España hecha un solar”. O que se escude en los mercados, los especuladores, o en Europa.

Usted y su séquito repetirán hasta la saciedad que le han dejado España en ruinas. Como siempre y todo en la vida, todo tiene una explicación, y los hechos se cuecen a fuego lento, y ni todo lo bueno que iba la cosa hasta 2007 era gracias a Zapatero y a la herencia previa del PP, ni todo lo malo actual es por Zapatero y la herencia que su gobierno le deja. Usted, que proclama a los cuatro vientos el sentido común, sabe que las cosas y los hechos ocurren así.

Usted, como bien ha dicho, tendrá que demostrar con iedeas y con hechos, desde este lunes, lo que piensa hacer, y cómo hacerlo. Y le criticaré cuando haga lo contrario a lo que ha manifestado en su primera declaración de intenciones: defender el interés general y a quienes más lo necesitan.

Le criticaré si tiene, bien usted, sus colaboradores, sus Presidentes autonómicos, Alcaldes, Concejales o simplemente simpatizantes, que actúen sectariamente, con arrogancia y prepotencia hacia los ciudadanos, las Instituciones que representan, o hacia los socialistas. Porque ha de saber que, para muchos de los suyos, si no existiéramos, mejor.

Ahora todo el poder en España depende de usted. Ahora tendrá que hablar, espero que con todos y sin sectarismo como ha dicho esta noche de victoria electoral. Ahora tendrá que tomar decisiones, y sean fáciles o difíciles, no eche la culpa a los socialistas. Se lo pido por favor.

Porque si no, le recordaré cuando Zapatero tuvo que aplicar las medidas tan duras como las que tomó en mayo del 2010, que las tomó como gobernante, costándole lo que le ha costado al PSOE, y usted las votó en contra.

Ahora, todo depende de usted, igual que ayer de Zapatero según usted mismo decía. O al menos así nos lo ha querido dar a entender hasta hace unos días. Usted tiene la ventaja de contar con más poder, y con un país mentalizado en que hay que sufrir todavía mucho tiempo.

Ahora, Sr. Rajoy, Sr. Presidente, ya no vale como respuesta un “depende”, sino que "depende de Usted".

Suerte, Presidente.