Altura de miras y Pactos.

“Ha sido motivo de especial consenso la necesidad de que los costes derivados de la superación de la crisis sean soportados equitativamente por los distintos grupos sociales, así como la exigencia de democratización efectiva del sistema político y económico que ello habrá de comportar para su aceptación por el conjunto de la sociedad”.

¿Sabes qué es esto? Es el punto 3º del Resumen de Trabajo redactado de los conocidos como “Pactos de la Moncloa”, de octubre de 1977, en los que, liderados sobre todo por Fuentes Quintana, se establecieron unos mínimos de consenso para sacar adelante a España, en un momento crítico previo a la aprobación de la Constitución, con ETA matando brutalmente, el Ejército embrutecido y una crisis económica de caballo, tras los crack del desarrollismo nacional de los 60, el internacional del petróleo a partir del 73, y con importantes disfunciones en la mayoría de los sectores económicos tras 40 años de dictadura.

La situación cambia en que tenemos al Ejército como el colectivo más valorado por los españoles, ETA rendida, la democracia asentada y con nuestra Constitución más longeva. Eso sí, tenemos una crisis de caballo y estructural, que requiere de la misma altura de miras, pero donde desgraciadamente tenemos una parte del poder –económico, financiero, eclesiástico y sobre todo político en el ala más neocon del PP- que no está por la labor, incluso diría que “embrutecido” en sus planteamientos, empeñados en que todos los males del mundo mundial son de Zapatero y los suyos, incluidos los 11 millones de españoles que hace 4 u 8 años le votamos. Y, lo peor de todo, lanzando un único mensaje de que esto solamente ellos son capaces de solucionarlo, claro está, con sus planteamientos, y que sabremos, en todo caso, el 21-N.

Ahora, cerca del 20-N, al menos escucho –que lo hago de todos los partidos- a una persona plantear propuestas “definidas”: Rubalcaba. Él las plantea, y las explica, y dice cómo las va a financiar. Y ante todo, y lo primero de todo, propone un gran pacto de todos para nuestro gran drama: el empleo y su ausencia para tantos españoles. Ya lo hizo en el 2000 con el Pacto Antiterrorista. Y plantea ahora lo del empleo sabiendo lo que ha sufrido, de vejaciones sobre el tema de ETA, y de la falta total de lealtad y compromiso del PP en todo tipo de materias estos últimos 8 años, excepción hecha de aquellos acuerdos (v.gr. FROB) donde el “gran poder” le impuso.

Por eso, tras escuchar a Rubalcaba e intentarlo con Rajoy, tras ver sus credenciales como gobernantes, que ambos lo han sido, y viendo que la grandeza y altura de miras que pedía Ortega, la que con los Pactos de la Moncloa aportó a todos los españoles, presentes y futuros, Fuentes Quintana (a quien principalmente lo aburrieron y se lo “cargaron” políticamente el lobby de las eléctricas, uno de los grandes poderes), no puedo decir más alto y más claro que RUBALCABA es la mayor y mejor garantía para que, 33 años después, podamos hacer que “los costes derivados de la superación de la crisis sean soportados equitativamente por los distintos grupos sociales, así como la exigencia de democratización efectiva del sistema político y económico que ello habrá de comportar para su aceptación por el conjunto de la sociedad”.

Gracias, profesor Fuentes Quintana, y ánimo, Rubalcaba.